Este artículo lo escribí originalmente para ADWE. Aquí está el enlace de la fuente original.

Como responsables de la creación de medios destinados a la presentación de contenidos en internet (más comúnmente conocidos como desarrolladores web), siempre hemos tenido la obligación de encontrar la manera más eficaz y atractiva de proporcionar y servir en bandeja de plata la información a los usuarios. Seamos francos. No siempre lo conseguimos, pero al menos cada día lo intentamos con todo nuestro esfuerzo, sudor y lágrimas.

Cuando se trabaja diseñando productos digitales se suele cometer el ¿error? de dejarnos llevar por nuestros gustos, de manera que acabamos prefabricando un producto que se ajusta a lo que a nosotros nos gustaría utilizar en caso de ser el cliente final al que va destinado dicho producto. Digo error, porque esta influencia suele ser negativa en cuanto al resultado final de dicho trabajo, pero si lo analizamos más fríamente, podríamos llegar a la conclusión de que no se trata de ningún error porque al fin y al cabo nosotros también somos usuarios capaces de juzgar.

De esta manera, cuando diseñamos la estructura de dicho producto también tendemos a reutilizar/copiar patrones que hemos ido viendo en las webs o aplicaciones móviles que utilizamos diariamente, ya que dichas herramientas son de carácter general y su funcionamiento es fácilmente reconocible por un usuario convencional. Poco a poco vamos engranando las piezas que sabemos que van a funcionar.

Pero, ¿estamos completamente seguros de ello?

La interpretación del receptor

La información es compleja por naturaleza, y las tecnologías que se encargan de proporcionarla también lo son. El objetivo del desarrollador es el de transformar algo meramente técnico en algo que cualquier persona pueda tratar como suyo e interiorizarlo.

Al igual que un cuadro (sea abstracto o no) de cualquier pintor está abierto a la libre interpretación de quien lo observe, los patrones y estructuras que utilizamos en nuestros proyectos también están sujetos a esta posibilidad, por tanto, las suposiciones que realizamos a la hora de la planificación de estructura y funcionalidades deben estar totalmente contrastadas y justificadas respecto al usuario al que va dedicado dicho producto.

Una estructura mal diseñada puede arruinar el objetivo que perseguimos con nuestro trabajo.

Las posibilidades de salir airosos de esta tarea y conseguir nuestro objetivo, dependerán de la capacidad que tengamos de discernir la complejidad y las necesidades del proyecto.

Slideshows

Los slideshows son una de esas estructuras comentadas arriba que sirven para mostrar información de una manera estratégica, atractiva y funcional. Son geniales para organizar contenido de una manera compacta y mostrarlo de manera que el usuario no tenga que ir navegando por diversas páginas para encontrar lo que busca.

Se suele utilizar para mostrar las secciones principales o de máximo interés para el visitante, o para publicitar algún producto o artículo en concreto.

El contenido suele rotar de manera horizontal por lo que se consigue la sensación de que estás pasando páginas de un libro. Este hecho, que por sí solo no parece tener demasiada importancia, se puede utilizar incluso para explicar el producto o negocio a modo de cuento. Este storytellingbien utilizado puede ser muy atractivo.

Para pasar entre diapositivas se suele utilizar botones en ambos extremos de las mismas que permiten deslizar el contenido hacia delante o hacia atrás, por lo que el usuario no pierde el tiempo buscando entre secciones o páginas, con la espera entre carga y carga que esto supone y puede observar lo más interesante (según el propietario de la página) de un solo vistazo .

Todo esto es la teoría, pero ¿realmente se utilizan los slideshows?.

¿Has hecho click en alguno?

Estoy seguro de que has llegado a utilizarlos como recurso habitual en las páginas iniciales e incluso en alguna ocasión, también en las interiores. También estoy seguro de que los has utilizado como reclamo principal. Todo esto, desde nuestro punto de vista de desarrollador es muy bonito, pero ahora párate un momento a pensar qué habéis hecho con un slideshow cuando habéis entrado en alguna página ajena.

Sí, vale, yo también hago click en los slideshows para ver que efecto de transición tienen, sí. Pero frikadas aparte, ¿los has utilizado para llegar a la información que estabas buscando?

Los slideshow se han convertido en el elemento más inutilizado de la web. Son como los banners de publicidad, los usuarios los ignoran, muchos ni siquiera saben que se puede hacer click sobre ellos.

Y aunque parezca contradictorio, no los ignoran porque no los vean si no porque llaman demasiado la atención. A menos que el slide sea lo único que hay en tu página web (no sé porqué tendría que serlo) no es una buena idea utilizarlos, ya que el ojo humano reacciona al movimiento y por tanto se distrae al usuario del contenido que realmente importa y es posible que se vaya inmediatamente por la frustración de no encontrar lo que busca.

Normalmente cada slide dispone de un mensaje distinto, por lo que el usuario asume que no hay mensaje o que no dice nada relevante. Además, un gran número de ellos tampoco es recomendable ya que no se destaca nada en especial, no todo puede ser importante. También otro factor que hace que no sirvan para nada es que roten automáticamente. El no tener el control de lo que pasa en la página web en la que se está navegando influye el hecho de que prestemos atención al contenido que nos presenta el slide, además, ¿qué pasa si ninguna de las ofertas mostradas en el slide nos interesan?

Además, los usuarios que sí deseen leer los mensajes es posible que no puedan leerlos al cambiar de diapositiva sin previo aviso. El estudio enlazado indica que al usuario en cuestión se le pidió un objetivo concreto y que no consiguió realizarlo debido a que el slideshow no era estático y asumió que era publicidad que no le aportaba ningún valor.

Existe un mito que dice que los slides aumentan el tráfico ya que por su relevancia la gente suele hacer click en ellos para acceder al contenido. Más que aumentar el tráfico, aumentaría el número de páginas vistas, cosa que no significa que el tráfico sea de calidad y que estés aumentando la audiencia de tu público objetivo.

¿Entonces los utilizo o no?

Tal vez estés pensando que has estado haciendo las cosas mal desde hace mucho, o al contrario estás pensando que soy muy alarmista. Pues en respuesta a esas 2 preguntas y como conclusión, os diría: sí y sí. El secreto está en saber dónde y cómo utilizarlos.

  • Como parte fundamental del diseño de la web, tienen que estar totalmente justificados y comprobar que realmente cumplen su cometido.
  • Tienen que activarse mediante petición del usuario, para que así se pueda leer su contenido.
  • Pasar de diapositiva tiene que tener un aliciente, si no, es inútil utilizarlos.
  • Si puedes contar con una imagen estática, lo mismo que con un slide, utiliza una imagen estática.

A veces es bueno replantearse la utilidad de algunos de los elementos que utilizamos diariamente en nuestros proyectos, porque podemos darnos cuenta de cosas como esta. Así que, ya sabéis, revisad, revisad y revisad.

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